sábado, 16 de febrero de 2013

mi guitarra vieja

para algunos la música hace parte de su vida, para otros solo la hace más sabrosa. te desahogas, lloras, bailas, ríes, la escuchas cuando lo necesitas, cuando quieres... en fin, una puerta para salir de tus problemas. para algunos, como yo, la música es mucho más que eso; y sólo lo entenderán los que hacen música.

te sientes libre, sacas todos tus sentimientos para darte tranquilidad. aún recuerdo esos momentos en los que apenas sabía tocar una guitarra. esa vieja guitarra, que hoy sigue sonando igual como cuando la encontré bajo el papel regalo. ese sentimiento cuando tienes lo que querías, es simplemente inigualable. las primeras notas que sonaron no pasaron de un mero ruido sin armonía, pero para mi era perfecto. mi mente impaciente quería que mis manos dominaran el arte de hacer música en pocos segundos, pero a mi guitarra no le importó ver mi primer frustración como músico.

cualquier persona que sepa de lo que hablo, sabrá que empezar no es fácil. que requiere más dedicación de lo que se espera cuando dices "quiero aprender a tocar guitarra". sin embargo, con práctica lo vas dominando: ya mi guitarra vieja no sonaba mal, y aquél primer acorde... tu mente no asimila tanta felicidad. empezó siendo acordes mal hechos, luego canciones, luego un arpegio, luego punteos. cuando menos lo piensas, ya estás haciendo música.

recuerdo que mi guitarra vieja me acompañó siempre.  la música siempre fue mi desahogo, me salvo de los vicios en los que mis amigos hoy están hundidos. mi guitarra y yo caminamos por todos los rincones de mi casa, vimos la lluvia caer como si la corta vida se parara para dejarnos contemplar su belleza. fuimos ella y yo los que le dimos una canción de feliz cumpleaños a mi madre que, aunque no sonó muy atractivo, le sacó una sonrisa enorme.

con el tiempo el estudio y mis preocupaciones me separaron de mi guitarra. esa necesidad de encajar en una sociedad me separó de mi necesidad natural de contemplar lo bella que es la vida. y entre tantas cosas... llegó el "amor". con 14 años eso no es amor... pero igual yo quería que así fuera. es esa etapa inmadura en la que piensas que sin esa persona no puedes vivir. mi guitarra y yo le dedicamos una canción. supongo que el amor te acerca a la necesidad de decir cosas bonitas, y qué mejor medio que la música. pasaron dos años: por fin aprendí lo que era amar. tantos consejos de personas adultas, tantos problemas, me enseñaron que eso de estar con alguien, se respeta. que no es una persona con la cual te besas y ya... que un amor sincero va mucho más allá de eso. hoy ella sigue conmigo... pero de otra manera. muchas veces me sentí triste en verdad, pero sabía que ella era feliz y eso me bastaba. y fue esa guitarra la que me acompañó en mis tonadas tristes, en mis canciones cortavenas que terminaban en lágrimas.

a pesar de todo, fue la música la que me liberó de lo malo. hoy esa guitarra vieja me sigue acompañando, sus tonadas siguen siendo hermosas. si nunca has tenido un instrumento y no te has enamorado de la música que has hecho... no entenderás nunca mi posición. si apenas estás empezando a sumergirte, ¡hazlo!, practica,  canta, toca lo que te nazca. yo no sería lo que soy hoy, sin mi guitarra vieja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario